Un testimonio de superación diaria

El recientemente graduado de FCEE Guillermo Lyford-Pike cuenta su inspiradora historia
Guillermo Lyford-Pike

“En 2016 fue cuando opté por estudiar en la UM y mi primer encuentro fue una entrevista con la que era en ese entonces la coordinadora de la carrera de Negocios Internacionales, María Estrada. Ahí mismo planteé el tema de mis limitaciones físicas y los impedimentos para la movilidad y -de inmediato- desde la UM me plantearon soluciones para que pueda estudiar allí”, contó Guillermo Lyford-Pike, quien en 2020 se graduó de licenciado en Administración de Empresas de la Facultad de Ciencias Empresariales y Economía (FCEE) de la UM.   

En el invierno del 2014, Guillermo, que en ese entonces visualizaba su carrera como futbolista profesional, viajaba en ómnibus desde Porto Alegre (Brasil) con un grupo de amigos. Por primera vez habían asistido a un encuentro mundial de fútbol. Ya a varios kilómetros dentro del territorio nacional, en el departamento de Rocha, el ómnibus volcó y Guillermo quedó atrapado debajo de él. De inmediato fue hospitalizado y debió seguir un largo camino de recuperación. Como consecuencia del accidente, Guillermo tiene baja visión a partir de un ACV que sufrió; falta de movilidad en sus miembros inferiores; falta de sensibilidad en su mano derecha; y pérdida de masa muscular, por la pérdida de su cuádriceps derecho y glúteo medio.   

El ingreso a la universidad  

En marzo de 2016 Guillermo y sus compañeros de generación comenzaron las clases en la FCEE, teniendo en cuenta que todos los salones en los que tenía clase el grupo tenían llegada directa desde el ascensor de la sede central, donde Guillermo subía con su andador. “También me facilitaron la entrada, por una puerta lateral que tiene la UM que se conecta a la salida de emergencia y el asesor”, comentó el graduado de la FCEE.  

Otro de los desafíos, que Guillermo recuerda como importantes, es el tema de la baja visión y la posibilidad de implementar un mecanismo distinto a de sus compañeros a la hora de realizar los parciales y exámenes. “Las evaluaciones las tuve todas orales, en lugar de escritas. Tenía que coordinar con los profesores para realizarlos después de que lo hacían mis compañeros u otro día. La disposición de los docentes siempre fue la mejor”, explicó.  
 
En las clases de la FCEE, Guillermo grababa el audio de las clases, para luego escucharlas en su casa y repasar... “destaco la participación de mi madre, padre y amigos que me ayudaban con materiales que había que leer para preparar las evaluaciones”, dijo. A su vez, cuenta que los docentes le recomendaban materiales de audiolibros o videos de clases de universidades de otras partes del mundo que se podían encontrar en YouTube.  

Luego de año y medio de cursar la Licenciatura en Negocios Internacionales, Guillermo decidió cambiarse a la Licenciatura en Administración de Empresas.  
 
“Al principio no me daba cuenta de lo que genero en otros”  

“Por la manera que estudié desarrollé mucho la memoria, puedo memorizar mucho más cosas ahora, y creo que fue innovador al estudiar de audiolibros. La computadora me cuesta mucho, en la mano derecha tengo muy poca sensibilidad y es difícil que yo pueda escribir con un teclado. Tuve que aprender a expresarme muy bien de forma oral”, señaló.  

Gracias a todo esto, Guillermo ha descubierto en él, y su testimonio, un gran poder de liderazgo y se ha interesado en lo que se denomina coaching. “Quizá, al principio no me daba cuenta de lo que genero en otros al contar mi historia. Contar por lo que pasé y mis limitaciones diarias, puede hacer que los demás vean sus propias dificultades como algo un poco menor y se motiven”, afirmó.  

“Otra de las cosas que aprendí mucho fue a buscar soluciones innovadoras a los problemas y no enojarme a la primera cosa que no me sale, hay que buscarle la vuelta. Me he dado cuenta que cuando estoy en grupos de estudio o equipos de trabajo a la gente le suma, incluso en grupos de amigos. Esto es lindo para mí, es una energía que me mandan que me llena. Creo que es mutuo la verdad”, dijo.  
 
Guillermo explicó que otra de las cosas que ha podido “pulir”, respecto a su personalidad, es el manejo de las emociones. “Por ejemplo, una tarde me da ganas de ir a la rambla, pero me tengo que aguantar porque sé que no puedo ir a caminar solo. Tengo que buscar una solución, una actividad alternativa”, ejemplificó.  
 
“Sé que lo voy a lograr”  
 
“Todo lo del accidente fue un golpe duro para mi familia. Y no solo el momento del accidente, es todo lo que de ahí en más les espera. Esto sigue. Pero gracias a Dios tengo una hermosa familia que me ha acompañado y ha adaptado los espacios de casa, como barras en los pasillos y en la ducha, para que tenga todo a mi alcance y me pueda trasladar de forma los más independiente posible. También adaptaron sus rutinas, como papá que tenía que llevarme y traerme a la UM, ya que no puedo subirme a un ómnibus, ni manejar un auto”, contó.  

 En el tema laboral, Guillermo cuenta que ayuda a su padre que es corredor de seguros. “Un trabajo hoy en día es casi todo por computadora, eso me frena un poco. Pero es una inquietud que tengo día a día. Cómo voy a hacer para ingresar al mundo laboral con mis cualidades. No todas las empresas están preparadas. Soy consciente (…) de verdad me encantaría entrar al mudo laboral y sé que lo voy a lograr”.  

Lo que de verdad importa  

“Con el P. Juan Andrés ´Gordo´ Verde, he dado muchos testimonios, en contextos muy variados. Esto me ha hecho reflexionar y compartir lo que es realmente importante en la vida y cómo se puede vivir frente a las adversidades”, mencionó. Guillermo relató que las personas con las que charla en estos encuentros le hacen preguntas variadas y muy profundas, le cuentan de sus problemas y se motivan con sus palabras... “Yo pasé de un lunes que tuve una práctica de fútbol de tres horas, al lunes siguiente estar en una camilla sin poder moverme. De un día para el otro se te puede cambiar la vida. Ahí es cuando te das cuenta de dos cosas. La primera es que las personas más cercanas, y las relaciones que generamos, es lo más valioso que tenemos. Segundo, saber y aprender a quererse uno mismo como realmente es”.  

Guillermo admitió que “gracias a Dios, fueron muy pocos los amigos que tenía y no estuvieron más luego del accidente. La mayoría siguieron al firme y puedo decir que después del accidente me hice muchos más amigos de los que tenía antes (…) “El otro día hicimos un asado con los del colegio y un compañero, que no era de mis más amigos me dijo que las reuniones no son lo mismo si yo falto, y eso me alegró mucho”.  

"Podré contar con ellos, y ellos conmigo”  
 
“Referido a la UM, quiero resaltar el grupo humano que encontré allí, tanto desde las autoridades, profesores y alumnos. Siempre estuvieron todos a disposición de lo que pudiera hacerme falta, con gran vocación de servicio. Cuando fui a firmar mi título, Mercedes Rovira, la vicedecana de la FCEE, me escuchó y fue a saludarme personalmente. No fue que yo me acerqué a su oficina, ella se acercó a mí. Tuvo ese detalle y para mí fue un orgullo en esta etapa de finalización de mi carrera universitaria”, comentó Guillermo. Y agregó: “De la UM me voy muy conforme de lo aprendido y de las personas que conocí, que estoy seguro de que el día de mañana podré contar con ellos, y ellos conmigo”.