Crédito de foto: Estudio Moreira.

La Universidad de Montevideo (UM) celebró este martes 12 de diciembre la ceremonia de graduación, reuniendo a unas 2.000 personas en el Antel Arena, único lugar techado con esa capacidad. En un contexto de emoción tras culminar años de estudio y crecimiento, se entregaron 302 títulos universitarios de grado, 146 de postgrado y 6 de formación terciaria.

La ceremonia comenzó con un espectáculo 360° donde se expuso la misión y visión de la UM a través de animaciones, y donde se presentó cómo será el edificio que, a partir de 2024, albergará a las facultades de Ciencias Empresariales y Economía, y de Humanidades y Educación, en un predio en el LATU al lado de donde ya funciona Ingeniería.

Los alumnos estaban ubicados a nivel de cancha, y sus seres queridos siguieron el evento desde las gradas de público. Una vez finalizado el espectáculo de video, ingresó el claustro de profesores y la mesa de autoridades, y se dio inicio oficial con el canto del himno nacional y el toque de campana.

Momentos importantes
 

Entonces se dio el tradicional intercambio entre el rector y el secretario académico, aunque en esta ocasión fue protagonizado por el rector interino -quien presidió el acto, Dr. Enrique Etchevarren- y el decano Alejandro Cid, encargado de informar sobre los méritos académicos de quienes solicitaron los títulos. A su pedido, el rector en funciones anunció la concesión de los siguientes títulos: 43 de la Facultad de Comunicación (30 de grado y 13 de postgrado), 180 de la Facultad de Ciencias Empresariales y Economía (6 de tecnicaturas, 128 de grado y 46 de postgrado), 56 de la Facultad de Derecho (25 de grado y 31 de postgrado), 67 de la Facultad de Humanidades y Educación (63 de grado, 4 de postgrado), 56 de la Facultad de Ingeniería (63 de grado y 5 de máster), 15 del Centro de Ciencias Biomédicas (todos de postgrado) y 37 de la Maestría en Dirección de Empresas de Salud del Instituto de Estudios Empresariales de Montevideo.

Acto seguido tuvo lugar el llamado de cada uno de los graduandos que, cuando oían su nombre, subían al escenario y recibían, de manos de su decano, el birrete correspondiente a su facultad y título. Según explicó Etchevarren más adelante en su discurso, en la previa se había debatido sobre incluir o no este gesto que se había omitido a causa de la pandemia. Rescató que, si bien podía significar alargar el evento, era elocuente porque reflejaba la importancia del momento. “En la graduación de la UM hay 454 momentos importantes”, resumió.

Luego de entregados los títulos de Ciencias Empresariales y Economía, cuatro graduados subieron al escenario y dedicaron unas palabras a Miguel Amaro, alumno de las carreras de Dirección y Administración de Empresas y de la Licenciatura en Marketing que estaba en su generación y que falleció el pasado 13 de noviembre.
 

Palabras de agradecimiento
 

Tras esos 454 “momentos importantes” tuvieron lugar los discursos de agradecimiento. Primero se dio paso a los representantes de los egresados de carreras de grado -Lucía Olloniego, Federica Cueto, María Belén Álvarez, Natalia Simón y Florencia Cuppulo-, quienes brindaron unas palabras donde reconocieron que viven un momento bisagra: “Nos gusta pensar que hoy no solo estamos celebrando el cierre de una etapa, sino también el comienzo de un nuevo camino que estamos todos ansiosos por recorrer”.

Recordaron sus inicios en la Universidad, los sentimientos de alegría, ansiedad y cierto miedo al comenzar, al igual que los motivos que los llevaron a elegir este camino. “Todos venimos de lugares diferentes, con historias, contextos y motivaciones muy distintas, sin embargo, a todos nos unió un deseo: ir a más”. Es en este recorrido aprendieron a equivocarse, a cuestionar, a salir de su zona de confort y, sobre todo, a conocerse a sí mismos. Gracias al apoyo de familiares, amigos, docentes y compañeros, los recién graduados se enfrentan a su futuro profesional: “Hoy nos graduamos no solo con diplomas, sino con una gran responsabilidad: la de afrontar los desafíos políticos, económicos y sociales que definen nuestro tiempo. Y en este contexto, la educación que recibimos nos dotó de mucho más que conocimientos, nos dio una herramienta poderosa para analizar críticamente el entorno que nos rodea. Nos enseñaron a cuestionar y a no aceptar respuestas fáciles. Aprendimos juntos, crecimos juntos, y así, nos convertimos en una comunidad unida por el deseo de enfrentar la incertidumbre y de desafiar lo establecido”, dijeron.

A continuación tomaron la palabra los voceros de maestrías y postgrados -Nicolás Praiz, Sergio Conti, Silvia Illescas, Martín Soterio, Gastón Keel y Santiago Fleitas-, quienes comenzaron con un agradecimiento general a todos los que forman parte de la Universidad, “por haber inculcado todos ellos, en cada uno de nosotros, un conjunto de valores éticos y humanos, que nos ha ayudado a desarrollarnos y formarnos; principalmente como personas, más que como profesionales”. No faltaron los reconocimientos a los familiares y amigos, así como a los docentes de todas las materias, antes de que cada uno de los oradores se refiriera de modo más específico al posgrado cursado en su facultad.
 

El tercer y último discurso fue el del rector, Dr. Enrique Etchevarren, quien subrayó que “a estos momentos uno nunca llega solo”, sino acompañado por familia, amigos, profesores y compañeros de clase que acompañan en un camino de desafíos y alegrías, “en donde se unen el deseo de entender mejor el mundo en el que vivimos y colaborar a transformarlo”.

Los impulsó a mirar al futuro, convencido de que los egresados “están preparados para enfrentar los desafíos que les presentará la etapa profesional y, en especial, a contribuir con su trabajo a mejorar la vida de otros y el entorno”. Antes de culminar, les recordó que pasan de ser alumnos a ser Alumni, y que en la UM tendrán siempre las puertas abiertas. “Sus profesores y todo el personal de la universidad, estaremos siempre dispuestos a escucharlos, a intentar dar luz para resolver una duda y a seguir aprendiendo de ustedes”, y remató: “La UM seguirá siendo su casa”.

Poco después se dio por finalizado el acto, con una foto de todos los homenajeados y la retirada del cortejo académico. Fue entonces el momento de tirar los birretes, de abrazarse con amigos, de reunirse con familiares y celebrar por lo vivido.