Publicación del director académico

El director académico del Centro de Ciencias Biomédicas de la UM, Dr. Alberto Sosa (médico internista y Geriatra), explicó algunos puntos importantes sobre la afección del COVID-19 en adultos mayores y pacientes con demencia.

EL CUIDADO DEL PACIENTE CON DEMENCIA ANTE EL COVID-19

Se trata de lo siguiente: los mayores de 60 o 65 años constituyen una población de riesgo. Sin embargo, caben algunas aclaraciones.
En primer término, vejez no es sinónimo de enfermedad. Es decir, que la mayor parte de las personas mayores son sanas.
Este es el problema. ¿Qué es estar sano? Este es el diagnóstico más difícil.

Lo que condiciona la vejez

A medida que envejecemos, las reservas funcionales de los distintos órganos y sistemas ven alterados sus rendimientos y las respuestas a los agresores, ya sea infeccioso o de otro tipo, son diferentes. Esto es así porque el sistema inmunológico, lo mismo que el neuroendócrino, funcionan de modo diferente a como lo hacen armónicamente en condiciones normales.

Por otra parte, lo único que homogeniza a este grupo etario es la edad, ya que a medida que los mayores se hacen más viejos las diferencias aumentan, por lo cual es muy difícil encontrar grupos de mayores –ni siquiera pequeños- que sean semejantes.

Es por ello que la medicina basada en la evidencia, cuyos protocolos en general son para menores de 70 años, encuentra un escollo cuando quiere aplicar protocolos de diagnóstico o de tratamiento a estos grupos tan heterogéneos de personas mayores.

Aquí se cumple lo que decía Héctor Muinios en su libro ”Medicina: una noble profesión” (1era edición - Montevideo Editorial Ciencias 1958), que la medicina se aprende como ciencia y se ejerce como arte.

De esto surge que una persona mayor frente al coronavirus será un ser individual y  algunos estarán en mejores condiciones que otros para enfrentar la agresión viral.

Es por esto que los geriatras, hace ya muchos años, han definido grupos de riesgo: primeramente, están los pacientes frágiles; en segundo, lugar están los pacientes geriátricos propiamente dichos; y en tercer lugar, se encuentran las personas mayores sanas. Sin embargo, se han establecido diferentes ordenamientos en los que los factores de riesgo se suman para aumentar las vulnerabilidades. Dentro de los factores que se suman la mal nutrición, la sarcopenia (pérdida de masa y fuerza muscular), la multifarmacia, las comorbilidades, los estilos de vida, la genética, el medio ambiente, el entorno donde desarrolla su actividad, las enfermedades pasadas, los hábitos tóxicos y los trastornos mentales. “Se envejece como se ha vivido” según Julián de Ajuriaguerra (Le cortex Cerebral. Etude Neuro-Phychlogique, 1960).

Sobre personas con diagnóstico de demencia

Los trastornos mentales constituyen un factor principal. Dentro de los mayores de 60, un grupo de alto riesgo son los portadores de enfermedad demencial.

Este grupo con alteración del juicio, base del diagnóstico de demencia, resulta de particular cuidado.

Estos pacientes deben recibir especial atención ya que no son responsables de sus actos y no es posible apoyarlos con explicaciones que, a veces, no entienden y que generalmente olvidan. Por tal motivo son los que requieren más horas de personal, los que en general estarán más expuestos y con quienes las medidas de cuidados sanitarios se deben extremar, ya sea en los lugares de internación o en los domicilios.

Sabemos, además, que en los mayores la forma de presentación de las enfermedades no sigue las mismas reglas que en los jóvenes. Por esto, una depresión de inicio reciente puede ser un cuadro infeccioso solapado, un cuadro confusional puede ser por la acción no deseada de un fármaco o una agitación psicomotora puede ocasionarla una retención de orina.

Por eso no se debe atribuir síntomas (datos relatados por el paciente en forma subjetiva, que a veces no pueden objetivarse) al envejecimiento y, en esos casos, se debe consultar al médico.

Por ello esta situación se agrava en los mayores con demencia.

Medidas a tomar frente a pacientes con demencia

Se debe prestar mucha atención a lo que el paciente refiere, a los cambios en conductas o actitudes Los familiares siempre deben consultar a un médico y no minimizar ningún síntoma, sobre todo en estos momentos de emergencia sanitaria.

Es muy importante tener un médico de referencia a quien consultar telefónicamente o por medios online para tomar orientaciones apropiadas, o utilizar las líneas de comunicación que estableció el MSP. Es imprescindible que se cumplan estrictamente las recomendaciones del ministerio en cuanto a la higiene, al aislamiento personal y no salir.

Cualquier cambio de humor como excitación o depresión o apatía (quedarse quieto, no hablar, no comer), es importante que se consulte al médico.

Otro factor relevante es cuidar la alimentación y el estado físico: alimentación sana equilibrada y ejercicios suaves de acuerdo a las posibilidades.

Los controles de temperatura en los mayores no son sencillos. Exige paciencia, hacer más de una toma, cuidando el no haber tomado un anti termo analgésico tres horas antes.

Vigilar la cantidad y calidad de la orina, que tiene que ser clara y tener olor suigeneris a orina. Gradualmente, controlar tránsito intestinal.

Cuidado de la piel, de las uñas y del cabello.

Buena higiene de la boca en forma diaria y después de alimentarse.

Correcta higiene genital.

Revisar la medicación, consultar con el médico hasta cuándo debe ingerirla y asegurarse que el paciente la tome.

Por otro lado, es importante entender que no todo es coronavirus y hay otras enfermedades que pueden estar mostrando sus primeros síntomas y signos, o son enfermedades crónicas que pueden descompensarse.

Finalmente, no olvidemos que los pacientes con demencia, en sus distintos grados, tienen vida mental y entienden más de lo que uno cree. Por lo cual es importante tener una actitud de aproximación afectiva. Todos necesitamos afecto, cariño y un trato humano. La realidad es que se trata de una población muy vulnerable.

El Dr. Florencio Escardo, destacado pediatra argentino, decía que los niños requieren amor, calor y proteínas. Pensamos que los ancianos también.

El trato humano es tan o más importante, muchas veces, que muchos exámenes y muchas vitaminas.

Dr. Alberto Sosa